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RFID – Radio Frecuency Identification

Un sistema RFID consiste en un tag RFID incorporado en cada objeto que se desea controlar —envase, caja, ballet, vehículo, animal, etc— y en un aparato lector fijo o portátil que lee estos tags. Estos componentes usan ondas de radio frecuencia para intercambiar datos, tales como códigos de productos, fabricantes, fechas de vencimiento y todo lo que se desee guardar en el tag. Los datos puede transmitirse por las redes estándares a las base de datos de las empresas o pueden usarse para notificarle a un controlador programable para que ejecute alguna acción, como por ejemplo levantar una barrera o conectarse con alguna transacción del sistema de información como ser una rebaja de inventario.

Aún cuando RFID es una tecnología incipiente ofrece ya enormes ventajas para:

Mientras lo códigos de barra requieren que se escanee un por uno los artículos y que la etiqueta sea visible, los lectores de RFID pueden escanear simultáneamente cientos de artículos, que tengan el tag sea este visible o no. Y, mientras el código de barra puede informar solamente de que artículo se trata, el RFID permite indentificar cada artículo individualmente, por ejemplo saber cual es su número de serie, lote, etc.

Como Ud. puede imaginar, toda esta cantidad de información detallada dá a las empresas una mayor visibilidad de su cadena de suministro, desde la fuente al consumidor. Las empresas puden simplificar sus controles de inventario, aumentar su eficiencia, hacer mejor uso de sus recursos, incrementar la calidad de sus servicios y tener una visión más amplia y exacta de sus operaciones internas. Sin embargo, los sistemas RFID en comparación con el código de barra, se estima, que generan entre 100 y 1000 veces más cantidad de información.

¿Cómo vá el desarrollo del RFID?
Después de diciembre de 2003 cuando fue descubierto el “mal de las vacas locas” en el oeste de Canadá y en el estado de Washington, las autoridades agrícolas fueron enérgicas en cuanto a entender que el fenómeno se ataca teniendo el control desde el origen y junto con los productores buscaron el mecanismos para tener las trazabilidad de los animales desde su nacimiento hasta su faenación. Esto lo implementaron colocando en cada animal un pequeño chip – un tag de identificación de radio frecuencia es decir un RFID- que esta operativos desde mediados 2005.

La tecnología RFID no es nueva. Durante la Segunda Guerra Mundial la Fuerza Aérea Británica utilizó RFID para identificar sus aviones. Cuando Ud. Cruza el peaje suena el tag y el cobro es cargado automáticamente a su cuenta. También hoy miles de mascotas tienen implantados chip bajo la piel para su identificación de sus propietarios.

Lo que es nuevo es la rápida utilización del RFID en aplicaciones comerciales. Así se tiene que el U.S. Deparment of Defense y Wal-Mart le están pidiendo a sus proveedores más importantes la implementación de la tecnología RFID en sus respectivas cadenas de suministro. Target, Albertsons, Best Buy, Tesco of the United Kingdom and the Metro Group of Germany les están siguiendo los pasos.

Wal-Mart, el mayor retailer del mundo, es el líder indisputado de la utilización de la tecnología RFID. En Enero del 2005, el RFID estaba en uso en 104 tiendas de Wal-Mart, 36 Sam’s Clubs y, en 3 centros de distribución. Más de 100 de sus proveedores ya soportan RFID.

Sin embargo, la aplicaciones de retail son sólo el comienzo. Por ejemplo:

Se espera que las ventas de tags RFID se incrementen sustantivamente en los próximos años, la mayoría corresponderá a tags que se incluyen en las cajas de embalaje, se asume que de ventas los US$ 300 millones el 2004 se llegará a US$ 2.800 millones el 2009.

Las Etiquetas RFID –Tags

Las etiquetas RFID pueden ser activas, semi-pasivas (=semi-activas) o pasivas.

Las etiquetas RFID pasivas no tienen fuente de alimentación propia. La mínima corriente eléctrica inducida en la antena por la señal de escaneo de radiofrecuencia proporciona suficiente energía al circuito integrado CMOS de la etiqueta para poder transmitir una respuesta. Debido a las preocupaciones por la energía y el costo, la respuesta de una etiqueta pasiva RFID es necesariamente breve, normalmente apenas un número de identificación. La falta de una fuente de alimentación propia hace que el dispositivo pueda ser bastante pequeño: existen productos disponibles de forma comercial que pueden ser insertados bajo la piel. Las etiquetas pasivas, en la práctica tienen distancias de lectura que varían entre unos 10 milímetros hasta cerca de 6 metros dependiendo del tamaño de la antena del Tag y de la potencia y frecuencia en la que opera el lector. El año 2005, el dispositivo disponible comercialmente más pequeño de este tipo medía 0.4 milímetros × 0.4 milímetros, y más fino que una hoja de papel; estos dispositivos son prácticamente invisibles.

Las etiquetas RFID semi-pasivas son muy similares a las pasivas, salvo que incorporan además una pequeña batería. Esta batería permite al circuito integrado de la etiqueta estar constantemente alimentado. Además, elimina la necesidad de diseñar una antena para recoger potencia de una señal entrante. Por ello, las antenas pueden ser optimizadas para la señal de backscattering. Las etiquetas RFID semi-pasivas responden más rápidamente dado que su razón de lectura es mayor que las con las etiquetas pasivas.

Las etiquetas RFID activas, por otra parte, deben tener una fuente de energía, y pueden tener rangos mayores y memorias más grandes que las etiquetas pasivas, así como la capacidad de poder almacenar información adicional enviada por el transmisor-receptor. Actualmente, las etiquetas activas más pequeñas tienen un tamaño aproximado de una moneda. Muchas etiquetas activas tienen rangos prácticos de diez metros, y una duración de batería de hasta varios años.

Como las etiquetas pasivas son mucho más baratas de fabricar y no necesitan batería, la gran mayoría de las etiquetas RFID existentes son del tipo pasivo. En fecha de 2004, las etiquetas tienen un precio desde US$ 0,40, en grandes volúmenes. El marcado de RFID universal de productos individuales será comercialmente viable con volúmenes muy grandes de 10.000 millones de unidades al año, llevando el cost0 de producción a menos de US$ 0,05$ según un fabricante.

A pesar de las ventajas en cuanto al costo de las etiquetas pasivas con respecto a las activas son significativas, otros factores incluyendo exactitud, funcionamiento en ciertos ambientes como cerca del agua o metal, y confiabilidad hacen que el uso de etiquetas activas sea muy común hoy en día.

Hay cuatro clases distintas de etiquetas en uso. Son categorizadas según su rango de frecuencia: las etiquetas de frecuencia baja (entre 125 ó 134,2 kilohertz), las etiquetas de alta frecuencia (13,56 megahertz), las etiquetas UHF o frecuencia ultraelevada (868 a 956 megahertz), y las etiquetas de microondas (2,45 gigahertz). Las etiquetas UHF no pueden ser utilizadas de forma global porque no existen regulaciones globales para su uso.

Las etiquetas pueden ser de lectura solamente, lectura y escritura, o combinaciones de ambas, donde algunos datos –por ejemplo el número de serie- es permanente, y memoria adicional está disponible para otros datos que pueden ser agregados o actualizados en otras ocaciones.

Lectura de las Etiquetas
Los lectores de RFID o “interrogadores” utilizan ondas de radio para leer la información almacenada en la etiqueta. El lector puede ordenar a la etiqueta transmitir la información que tiene almacenada, o bien la etiqueta puede transmitir la información que contiene continua o periódicamente. Los lectores pueden ser portátiles o fijos, también pueden estar integrados a otros equipos como ser terminales handheld, grúas horquillas, o cualquier equipo que se considere estratégico. A objeto de mantener cierta privacidad la información que fluye entre la etiqueta y el lector puede estar encriptada.

El lector de RFID, a su vez pasa los datos obtenidos desde la etiqueta a un computador en el cual corre una aplicación denominada Object Name Service (ONS), la cual identifica el producto y el lugar de la red desde donde se puede obtener la información detallada del producto en cuestión. Esta información se puede transmitir por las intranets de las empresas o por la Internet de la manera usual.

Una etiqueta RFID almacena un código electrónico del producto (EPC – Electronic Product Code), equivalente al código UPC (de barra). El estándar EPC fue creado en el Auto-ID Center del Massachusetts Institute of Technology (MIT), este código contiene un “smart label” de 96 bit que identifica al fabricante, el nombre del producto y un número de serie de 40 bit.

La información contenida en la “smart label” esta escrita en Product Markup Language (PML), lenguaje basado a su vez en el eXtensible Markup Language (XML). La organización EPCglobal Inc. (www.epcglobalinc.org) fue creada para comercializar y dar soporte al sistema de codificación EPC

Referencias:

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/RFID
[2]Are you ready for RFID? – www.sas.com
[3]Users weigh in on real-world use of RFID –http://www.computerworld.com/softwaretopics/erp/story/0,10801,109100,00.html?source=NLT_AM&nid=109100

[4] RFID Journal – http://www.rfidjournal.com/

Todos los links fueron verificados el 3 de Marzo de 2006.

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